Este caso, que involucra a una de las cadenas de restaurantes más emblemáticas del país cafetero, pone de manifiesto la compleja relación entre identidad nacional, propiedad intelectual y expansión empresarial en un mundo globalizado.
La Disputa Legal: ¿Quién Tiene Derecho Sobre la Marca?
En el centro de esta controversia se encuentra una situación que muchos han calificado como “piratería marcaria”. Todo comenzó cuando apareció una empresa registrada en Europa bajo el nombre “Frisby España”, utilizando prácticamente la misma identidad visual de la marca colombiana, incluido el icónico pollo con gorra roja que los colombianos reconocen desde hace décadas.
La Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) ha fallado en primera instancia a favor de la compañía española Frisby España SL, otorgándole derechos exclusivos sobre la marca en territorio europeo. Este fallo se basa en que, si bien Frisby Colombia registró su marca en la Unión Europea en 2005, aparentemente no la ha utilizado efectivamente en ese mercado durante los últimos años, lo que según la legislación europea es motivo para la cancelación del registro.
Actualmente, Frisby Colombia tiene un plazo de dos meses para demostrar que en los últimos cinco años ha realizado un uso efectivo de la marca en Europa, o de lo contrario perderá definitivamente los derechos sobre ella en ese territorio. Esta situación ha generado inquietud entre expertos en propiedad intelectual, quienes señalan que el caso podría sentar un precedente importante para la protección internacional de marcas latinoamericanas.
Los Protagonistas de la Disputa
Frisby Colombia: Una Historia de Éxito Nacional
Frisby es una cadena de restaurantes colombiana fundada en 1977 por Alfredo Hoyos Mazuera y su esposa Liliana Restrepo en la ciudad de Pereira, Risaralda. Lo que comenzó como una pizzería en el Parque El Lago de Pereira, inspirada en el nombre “frisbee” por la forma en que se lanzaba la masa de pizza al aire, evolucionó hasta convertirse en un ícono gastronómico del país.
Actualmente, Frisby cuenta con aproximadamente 270 restaurantes distribuidos en 59 ciudades de Colombia, emplea a cerca de 5,000 personas y vende alrededor de 950,000 pollos mensuales. Con ingresos cercanos al billón de pesos anuales, la empresa se ha consolidado como una de las cadenas de restaurantes más importantes del país, compitiendo de igual a igual con marcas internacionales.
Frisby España: Una Nueva Compañía con Ambiciones
Frisby España SL fue constituida el 12 de febrero de 2025 en Bilbao con un capital inicial de apenas 2,000 euros (aproximadamente 9.4 millones de pesos colombianos). Los responsables de esta sociedad son Gonzalo Barrenechea Correa, un abogado español especializado en contratación civil y mercantil, y Jacqueline Gillemine Pérez, ciudadana belga.
La empresa española ha anunciado planes para abrir su primer restaurante en las próximas semanas, con una estrategia que incluye inicialmente cocinas ocultas y servicios de domicilio. Según su comunicado, buscan captar a la comunidad colombiana residente en España, estimada en ochocientas mil personas, lo que ha generado críticas por el aparente intento de aprovechar la reputación de la marca original.
El Despertar de la Solidaridad Nacional
La controversia ha provocado un fenómeno extraordinario de solidaridad empresarial en Colombia. En un hecho sin precedentes, numerosas marcas -incluso competidores directos- se han unido para mostrar su apoyo a Frisby frente a lo que consideran una apropiación indebida de su identidad corporativa.
Cadenas de restaurantes como KFC Colombia, Presto, Buffalo Wings, Kokoriko y Sandwich Qbano han utilizado sus plataformas digitales para manifestar su respaldo a Frisby, con mensajes como “Porque lo auténtico no se copia, se respeta” (KFC) o “En Presto estamos prestos para defender lo nuestro”. Incluso Crepes & Waffles, otra exitosa cadena colombiana, se sumó con el mensaje: “Por 5,000 años más del sabor original, estamos con ustedes Frisby. Cuentan con nuestro a-pollo”.
La solidaridad ha trascendido el sector gastronómico, con empresas de diversos rubros como Auteco, Suzuki, Industria Licorera de Caldas, Cementos Argos, Lotería del Risaralda, Royal Films y Drogas La Rebaja uniendo sus voces a la causa. Este respaldo masivo refleja no solo la importancia cultural de Frisby, sino también una conciencia colectiva sobre la necesidad de proteger la propiedad intelectual de las marcas nacionales en el extranjero.
¿Por qué Frisby Es Tan Querida en Colombia?
Para entender la dimensión de esta controversia es fundamental comprender lo que Frisby representa para los colombianos. Más allá de ser una cadena de restaurantes de pollo frito, la marca se ha convertido en parte del patrimonio cultural y emocional del país por varias razones:
Una Historia de Emprendimiento Local
Frisby personifica el sueño del emprendimiento colombiano hecho realidad. Desde sus orígenes modestos en Pereira hasta su expansión por todo el territorio nacional, la marca representa una historia de perseverancia y visión empresarial. El hecho de que sus fundadores, Alfredo Hoyos Mazuera y Liliana Restrepo, hayan construido este imperio desde cero, sin franquicias ni capital extranjero, la convierte en un motivo de orgullo nacional.
Innovación en el Mercado Colombiano
Cuando Frisby introdujo el pollo apanado en Colombia, existía principalmente la tradición del pollo asado. Esta innovación, junto con la implementación de tecnología especializada como freidoras cerradas importadas, marcó un hito en la gastronomía rápida del país y abrió camino a un segmento de mercado que hoy es altamente competitivo.
Compromiso Social y Educativo
A través de la Fundación Frisby, creada poco después del establecimiento de la empresa, la marca ha desarrollado significativos proyectos de impacto social, como el Instituto Tecnológico de Dosquebradas Alfredo Hoyos Mazuera, un plantel educativo fundado en 1985 que ha graduado a cerca de 750 estudiantes. Otras iniciativas como “Universidad en tu Colegio”, la “Universidad Frisby” y el programa “Aprender Jugando” reflejan un compromiso con la educación y el desarrollo comunitario que ha resonado profundamente en la sociedad colombiana.
Modelo de Negocio con Propósito
Frisby ha operado bajo los principios del “capitalismo consciente”, un modelo que busca equilibrar el éxito empresarial con el impacto positivo en la sociedad[7][13]. Este enfoque, centrado en valores como la equidad, la justicia y el desarrollo humano, ha diferenciado a la marca en un mercado competitivo y ha fortalecido su conexión emocional con los consumidores.
Alcance Internacional de la Disputa
Aunque el conflicto actual se centra en el territorio de la Unión Europea, específicamente en España, las implicaciones podrían extenderse a otros mercados donde Frisby Colombia tiene registrada su marca, como Estados Unidos, México y Chile. Si la empresa no demuestra un uso efectivo de su marca en estos territorios, podría enfrentarse a situaciones similares en el futuro.
Este caso pone de relieve una problemática común para las empresas latinoamericanas que registran sus marcas internacionalmente como medida preventiva, sin planes inmediatos de expansión, lo que las deja vulnerables ante la legislación de “uso efectivo” que predomina en muchas jurisdicciones.
Perspectivas Futuras: ¿Qué Puede Pasar con Frisby?
Expertos en propiedad intelectual consultados presentan varios escenarios posibles para el desenlace de esta disputa:
Defensa Legal a Través de la Notoriedad
Frisby Colombia podría acogerse a figuras jurídicas como la nulidad del registro por mala fe, alegar competencia desleal o invocar la protección de marcas notorias bajo el Convenio de París. Para esto, tendría que demostrar que su marca goza de notoriedad internacional, lo cual podría ser un desafío considerando su limitada presencia fuera de Colombia.
Negociación Entre las Partes
Algunos abogados sugieren que el caso podría resolverse mediante una negociación entre ambas empresas para evitar un largo y costoso proceso judicial.
Esta opción permitiría a Frisby Colombia mantener algún grado de control sobre su marca en territorio europeo, posiblemente a través de licencias o acuerdos de coexistencia.
Coexistencia de Marcas
En el escenario menos favorable para Frisby Colombia, ambas marcas podrían coexistir en diferentes territorios: Frisby España operando en Europa y Frisby Colombia manteniendo su dominio en América Latina. Esta situación crearía confusión entre los consumidores y potencialmente dañaría la reputación de la marca original.
Lecciones para la Internacionalización
Independientemente del resultado, este caso ya se está convirtiendo en un importante precedente para las empresas latinoamericanas con ambiciones globales. La experiencia de Frisby destaca la necesidad de implementar estrategias proactivas de protección internacional de marcas que vayan más allá del mero registro, incluyendo planes concretos de uso efectivo o expansión.
Conclusión: Más Allá de una Marca, un Símbolo Nacional
La disputa por la marca Frisby trasciende el ámbito legal para convertirse en un tema de identidad nacional y orgullo colombiano. El masivo respaldo que ha recibido la empresa de parte de competidores, otras marcas, figuras públicas y consumidores demuestra que Frisby ha logrado algo que pocas compañías consiguen: convertirse en parte del patrimonio cultural e identitario de un país.
Este caso también pone de manifiesto los desafíos que enfrentan las empresas latinoamericanas al intentar proteger sus activos intangibles en un entorno global donde las reglas del juego a menudo favorecen a quienes tienen más recursos o conocimiento de los sistemas legales internacionales. Sea cual sea el desenlace de esta disputa, ya ha servido para generar conciencia sobre la importancia de la propiedad intelectual como herramienta estratégica para la expansión internacional de las marcas colombianas.
En última instancia, el caso Frisby nos recuerda que detrás de los logos, colores y nombres comerciales existe un valor intangible construido a lo largo de décadas de servicio, innovación y conexión emocional con los consumidores. Un valor que, como ha demostrado la reacción del público colombiano, no se limita a las cifras de ingresos o participación de mercado, sino que forma parte de la identidad cultural de una nación.