El martes 23 de febrero de 2021, las tres cárceles más grandes del país viven amotinamientos. El SNAI reportó 75 presos fallecidos hasta las 19h00.
El país se enfrenta a una crisis carcelaria sin precedentes: 33 presos fallecieron en la cárcel de Turi, en la ciudad de Cuenca; 34 en la Regional de Guayaquil y ocho en la de Latacunga, señaló Edmundo Moncayo, director del Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de Libertad (SNAI).
El director del Sistema Penitenciario, Edmundo Moncayo, atribuyó la escalada de violencia a una pugna de poder entre dos bandas, recrudecida tras el asesinato de uno de sus líderes después de recobrar la libertad.
“En ese momento esperábamos una reacción inmediata; sin embargo, la reacción ha demorado, es la que se ha producido hoy: dos grupos intentando encontrar un liderazgo delictivo al interior de los centros de privación de libertad”, explicó el jefe del SNAI.
Según el ministro de Gobierno, Patricio Pazmiño, estos enfrentamientos se registran por una “acción concertada” entre bandas criminales. En redes sociales, el presidente Lenín Moreno refirió que se coordinan acciones para retomar el control en los centros carcelarios de Latacunga, Cuenca y Guayaquil.
Violencia en las cárceles.
En diciembre, varios amotinamientos en cárceles ecuatorianas atribuidos a disputas de poder entre organizaciones delictivas y del narcotráfico dejaron once presos muertos y otros siete heridos.
El sistema penitenciario de Ecuador está compuesto por cerca de 60 centros con capacidad para albergar a 29.000 personas y cuenta con 1.500 guardias. Sin embargo, la sobrepoblación ronda el 30% (38.000 reclusos).
Para reducir el número de reclusos en medio de la pandemia de covid-19, el gobierno conmutó las sentencias de personas condenadas por delitos menores, con lo que la superpoblación de los centros disminuyó de un 42% a un 30%.