La tristeza de la reina Isabel II, en su reaparición tras ocho días de luto, ha marcado el sobrio adiós al duque de Edimburgo.
Este sábado, se ha celebrado en la capilla de San Jorge de Windsor el último adiós a Felipe de Edimburgo, un funeral marcado por la última voluntad del marido de la reina Isabel II y que ha supuesto la reaparición de la soberana tras los ocho días de luto y refugio que debía guardar tal y como recoge el protocolo. La tristeza de la monarca, así como una carta manuscrita hacia su marido, ha marcado el sobrio adiós al duque.
La ceremonia comenzó a las 15:00 de Londres (11:00 de Argentina). Los miembros de las Fuerzas Armadas se ubicaron con anticipación fuera de la Capilla de San Jorge antes del funeral del príncipe Felipe, duque de Edimburgo.
El esposo de la reina Isabel II durante más de siete décadas, murió el viernes 9 de abril de 2021, a dos meses de cumplir los 100 años. Días antes de su fallecimiento había sido hospitalizado y sometido a una intervención cardíaca
El último adiós a Felipe de Edimburgo.
La procesión fúnebre comenzó con una comitiva que a pie ha acompañado el féretro, liderada por el heredero de la corona británica, el príncipe Carlos, y su hermana, la princesa Ana, seguidos de sus hermanos, los príncipes Eduardo y Andrés, mientras que la reina Isabel II ha realizado el trayecto a bordo de un Bentley oficial.
The Funeral procession moves from the Quadrangle of Windsor Castle to St George’s Chapel.
The coffin is carried by a Land Rover designed by The Duke of Edinburgh, & accompanied by Armed Forces representatives, members of the Royal Family, The Duke’s Household and The Queen. pic.twitter.com/w0AhnbP95y
— The Royal Family (@RoyalFamily) April 17, 2021
En la tercera línea de la procesión fúnebre estaban sus nietos Guillermo y Enrique, aunque entre ambos se ha situado su primo Peter Philips, hijo de la princesa Ana y su primer marido, el capitán Mike Philips, sin embargo, ambos hermanos han salido juntos de la capilla y han charlado al final de la ceremonia a su regreso al castillo de Windsor, acompañados de Catalina, duquesa de Cambridge y esposa de Guillermo.
Ceremonia Religiosa en la capilla de San Jorge
Antes de la ceremonia religiosa, se cumplió un minuto de silencio en memoria del duque de Edimburgo.
El funeral fue oficiado por el decano de Windsor, David Conner, y duró aproximadamente 50 minutos, el príncipe Felipe había pedido una ceremonia sencilla pero de marcado estilo militar, sirvió como oficial de Marina en la Segunda Guerra Mundial y mantuvo estrechos lazos con el ejército.
A las puertas de la capilla, el deán de Windsor y el arzobispo de Canterbury han recibido al féretro, que ha sido instalado sobre el catafalco mientras los asistentes, cubiertos todos con mascarillas, se dirigían a sus sitios asignados para mantener la distancia social.
“Nos ha inspirado su lealtad inquebrantable a nuestra reina, su servicio a la nación y a la Commonwealth, su coraje, fortaleza y fe. Nuestras vidas se han enriquecido a través de los desafíos que nos presentó, el coraje que nos dio, su amabilidad, humor y humanidad”, ha dicho el deán en sus palabras de recibimiento.
Una vez dentro de la capilla, la reina Isabel II se sentó apartada.
Al finalizar el servicio, el ataúd del duque de Edimburgo fue bajado a la Bóveda Real. Los restos del duque de Edimburgo permanecerán allí hasta que la monarca se reúna con él a su muerte. La pareja reunida yacerá entonces en la capilla del Memorial del rey Jorge VI, padre de Isabel II.
El Arzobispo de Canterbury, Justin Welby, pronunció la bendición y el coro cantó el Himno Nacional. La reina fue la última en abandonar la capilla.