La Poeta Uruguaya y ganadora del Premio Cervantes en 2019 regresa a la madre patria para presentar su nuevo libro:”Tiempo sin claves”.
La poeta uruguaya Ida Vitale quien recibió en 2019 el Permio Cervantes,de manos de los reyes de España,viajó de nuevo y a sus 98 años para una gira que la llevará por distintas ciudades para la presentación de su nuevo libro.
Es la primera vez que me he metido en España,en la que he podido salir de las capitales.Y estoy aquí totalmente embelesada por esta maravilla”dijo luego de recibir el galardón más importante de las letras en español en Alcalá de Henares la patría chica de Miguel de Cervantes.
Ahora esta localidad vuelve a estar incluida en la gira que realizará la uruguaya,según informo Amparo Rama,hija de la poeta y de su primer esposo,el también escritor Ángel Rama.
Momento en que la poeta recibe el Premio Cervantes en 2019.
Vitale,viajará posteriormente a Granada,donde ya recibió en 2017 el Premio de Poesía Ciudad de Granada -Federico Garcia Lorca,a Juzbado y a Barcelona.
El pasado 23 de setiembre,Vitale participó en la presentación en Montevideo de su último libro,”Tiempo sin claves”(Estuario Editora),un poemario donde no faltan los versos inspirados en viajes,lecturas y plantas y animales,ni el dolor por la ausencia de su segundo esposo,Enrique Fierro,fallecido en 2016.
En ese evento celebrado en el Museo de Artes Visuales,la poeta dijo:” Estar contenta y en sintonía con la tranquilidad que nota en Uruguay,a donde regresó tras el fallecimiento de Fierro,con quien residia en Austin (Estados Unidos) desde 1989.
Haciendo gala de su elegancia y de su fino sentido del humor,la poeta,crítica y ensayista afirmó durante la presentación:”Espero que no sea el último libro que publicó”
“Misterios” Ida Vitale
Para la poeta, el amor se presenta no como un fuego arrasador, sino como una gracia, una luz que se enciende para ser testigo de lo que se comparte, de lo que se espera.
Alguien abre una puerta
y recibe el amor
en carne viva.
Alguien dormido a ciegas,
a sordas, a sabiendas,
encuentra entre su sueño,
centelleante,
un signo rastreado en vano
en la vigilia.
Entre desconocidas calles iba,
bajo cielos de luz inesperada.
Miró, vio el mar
y tuvo a quién mostrarlo.
Esperábamos algo:
y bajó la alegría,
como una escala prevenida.