Hoy comenzó la primera etapa del ensayo en el que participarán un total de 6.000 voluntarios
Este miércoles el laboratorio chino Sinopharm inició la aplicación del ensayo de la vacuna contra el Covid-19 en Perú . El proyecto de vacuna se encuentra en la fase 3 de los ensayos clínicos. Sus pruebas están elaboradas a partir de cepas del nuevo coronavirus de Wuhan y de Beijing.
Esta primera parte del ensayo clínico durará unos tres meses y estará a cargo de las universidades peruanas Cayetano Heredia y San Marcos. En ella participarán 6.000 personas, de los cuales el 60% son hombres y el 40% son mujeres.
A su vez, Germán Málaga, investigador principal de la Universidad Cayetano Heredia, refirió que la mayoría de los voluntarios inscriptos tiene entre 18 y 50 años.
También señaló que la Universidad Cayetano Heredia supervisará a 3.000 voluntarios, mientras que los otros 3.000 serán supervisados por la Universidad de San Marcos.
Del mismo modo, cabe resaltar que, del total de 6.000 participantes, solo a 4.000 se les administrará, por vía intramuscular en el brazo, alguna de las dos cepas de la prueba. Mientras que 2.000 personas recibirán una sustancia placebo para tener certeza de los resultados.
Este ensayo continuará aplicando las dosis correspondientes, de forma progresiva, durante tres meses. Por lo tanto, desde la fecha de aplicación de la inyección se irá realizando un seguimiento clínico de los participantes durante un año.
“Hay tres tipos de desenlace: uno es de seguridad, que es el que vamos viendo día a día; y los dos de efectividad, que son tempranos o tardíos. Los tempranos seguramente serán dentro de 4 a 6 meses, en los que vamos a medir la efectividad cada cierto tramo, para lo cual contamos con un comité de expertos nacionales e internacionales que analizarán los resultados. Así, si hipotéticamente se tienen los resultados que todos esperamos a los 6 meses y la proyección es al 100%, se hará un corte y se pedirán las licencias correspondientes para hacer la vacunación [de la población]”
Germán Málaga, investigador principal de la Universidad Cayetano Heredia
Fuente: El Comercio