El guajojó es una especie clave en los ecosistemas en los que habita. Su rol como controlador natural de insectos no solo contribuye al equilibrio ecológico, sino que también resalta su importancia dentro de la biodiversidad de Bolivia. Este papel fundamental en el ecosistema invita a replantear las creencias erróneas que, a lo largo de los años, han asociado al guajojó con malos presagios.

El guajojó (Nictibio griseus) es un ave que se desplaza constantemente en busca de alimento. «Durante las noches consume una gran cantidad de insectos, polillas, escarabajos y otros artrópodos voladores. De no ser por los guajojós y otros animales nocturnos, como los murciélagos, los bosques sufrirían un desequilibrio y podrían proliferar las plagas», mencionó Miguel Montenegro Avila, biólogo-ornitólogo miembro de Anthus Bolivia. Este control natural de plagas también beneficia la salud humana al reducir la presencia de insectos que podrían transmitir enfermedades.
Antes de que amanezca, el ave busca una rama, un poste o un tronco de árbol, donde permanece completamente inmóvil durante el día. «El guajojó posee un camuflaje excepcional que le permite mimetizarse con la corteza de los árboles, volviéndose prácticamente invisible para sus depredadores e incluso para el ojo humano», explicó el experto.
Mitos y supersticiones que amenazan al guajojó
Esta ave es víctima de creencias erróneas que la asocian con malos presagios. «Esta superstición provoca que muchas personas la persigan y la maten injustamente. Es fundamental que trabajemos en desmentir estas ideas a través de la educación ambiental».

El guajojó también enfrenta amenazas como la pérdida de hábitat debido a la deforestación y la expansión agrícola, así como la contaminación lumínica que interfiere con su capacidad para cazar durante la noche.
Fuente: ANA
Lee También: En Bolivia están 31 de los 38 minerales críticos que demanda el mundo pero falta inversión para su provecho