El baterista neoyorquino y de ascendencia italiana murió a los 68 años, tras complicaciones de un cáncer de páncreas diagnosticado en el 2019.
Banali se hizo cargo de la percusión en determinadas épocas para las bandas de rock WASP, Faster Pussycat, Billy Idol, Steppenwolf y desde luego Quiet Riot, con la que alcanzó el puesto número 1 en los listados de la revista Billboard a inicios de los ochenta.
Banali comenzó su carrera en 1979. Tras probar suerte con varios músicos, al fin formaría la agrupación por la cual fue mayormente reconocido. La salida al mercado del álbum “Metal Health” significó para Quiet Riot ventas multiplatino y la fama del hard rock en la prensa musical.
La década de 1980 significó su gloria pero también la primera ruptura del grupo, después de agotadoras giras alrededor del mundo.
Sería en 1993 cuando el propio Frankie Banali retoma las riendas del conjunto musical para resucitarlo y del que se convertiría no solo en el miembro pionero más antiguo, sino de igual manera en su representante, pese a los constantes lapsos de inactividad como intérpretes, que incluyeron separaciones y la pérdida de su antiguo compañero artístico Kevin DuBrow.
En el año 2015 el baterista consiguió recaudar fondos por parte de sus fans para la producción del documental “Quiet Riot: Well Now You’re Here, There’s No Way Back”, dirigido por Regina Rusell Banalli, su esposa.
El deceso de Frankie Banali fue reportado el pasado 21 de agosto por numerosos medios de comunicación globales, a causa de un cáncer pancreático tipo IV que se le informó en octubre del año pasado. Es y será recordado como una audaz celebridad de los tambores en el panorama musical.