Los llevaban bajo promesas de firmar para algún club europeo, pero al llegar les retenían sus pasaportes y los obligaban a prostituirse.
Los sietes hombres son de distintos países de Sudamérica, entre ellos, se encontraba un argentino menor de edad. Todos eran llevados bajo falsa promesa de poder desempeñarse como futbolista en clubes de Europa.
La organización internacional se encargaba de enviar emisarios a diferentes regiones con la intención de captar jóvenes promesas. Una vez que seleccionaban a la victima, hacían contacto con ellos y sus familiares para hacerles promesas que, una vez llegados a España, tendrían contactos con importantes clubes de fútbol.
Según el periódico ABC las victimas debían pagar sus propios pasajes, lo que llevó a algunas de las familias contactar con prestamistas pagando importantes sumas de intereses.
Cuando los jóvenes arribaron a España, la organización se encargaba de buscarlos del aeropuerto y trasladarlos hasta la ciudad de Cádiz, donde les retenían los pasaportes, les quitaban el dinero que llevaban y eran obligados a prostituirse.
Durante una operación denominada “Promises”, la guardia civil española logró rescatar a las siete victimas que fueron encontrados en condiciones infrahumanas. Se reveló qué, además de ser obligados a prostituirse, debían mendigar por poder comer.
La manera de operar de esta banda era hacerlos participar en un chat de contactos homosexuales, que era gestionado y controlado por el líder de la organización.
Los encuentros sexuales se producían en distintas localidades de la provincia de Cádiz, a las que el tratante llevaba a la víctima, permaneciendo en las inmediaciones hasta que el encuentro terminaba.