El expresidente de Haití, Jovenel Moïse, habría sido asesinado en la noche del 7 de julio por intentar enviar a Estados Unidos un listado de políticos y empresarios vinculados con el narcotráfico.
Meses antes de su magnicidio, el expresidente de Haití Jovenel Moïse habría trabajado en una lista de políticos y empresarios involucrados con el tráfico de drogas.
El entonces presidente intentó entregar a Estados Unidos el expediente en el cual detalló el nivel de implicación.
Por lo cual varios asesinos, en su mayoría colombianos, habrían irrumpido en la casa asesinando a Moïse y dejando gravemente herida a la primera dama.
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De acuerdo con Martine Moïse, luego del hecho, los atacantes registraron la habitación en busca de documentos.
Este hecho sigue siendo un enigma hasta la fecha, ya que cinco meses después, la investigación sobre su muerte sigue estancada.
No solo la investigación sobre su muerte genera intorrogantes, también causa dudas sobre el autor material.
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Cabe aclarar que meses antes de su muerte, el expresidente denunció que grupos empresariales querían asesinarlo. Asimismo, una investigación del New York Times sacó a relucir algunas de estas sospechas.
Este medio señaló que, meses antes de su magnicidio, realizó algunas acciones que no fueron bien recibidas por parte de este grupo, las cuales fueron:
- Inició una limpieza en el departamento de aduanas
- Estudiaba nacionalizar un puerto marítimo que sospechaba era la vía de entrada para mercancía de contrabando
- Ordenó destruir una pista clandestina de aterrizaje utilizada por avionetas procedentes de Venezuela y Colombia
- Investigó acerca de un lucrativo comercio de anguilas, que había sido identificado como un mecanismo para el blanqueo de capitales.
La lista con los nombres que Moïse tenía pensado enviar a EEUU
Una de las personas que sobresalen en la lista de Moïse era el empresario Charles Saint – Rémy, a quien la Admnistración de Drogas de Estados Unidos (DEA) tenía en la mira.
El empresario es cuñado del expresidente Michel Martelly, que había colocado en el puesto de presidente a Moïse para que fuera su sucesor.
Sin embargo, ambos se destinaciaron a consecuencia de los intentos de Martelly por manipular su gestión.
Otro de los nombres que salieron en la lista del exmandatario corresponde a Dimitri Hérard, un miembro importante de la fuerza de seguridad presidencial, quien se convirtió en el jefe de la unidad de policía que protegía a Juvenal Moïse.
Hérard también era sospechoso de tráfico de drogas.
Finalmente, uno de los sopechosos del asesinato y que lideró a los asesinos la noche del 7 de julio es Jose Felix Badio.
Badio era un exinformante de la DEA , quien tuvo varias conversaciones con Ariel Henry, el actual primer ministro de Haití, en los días anteriores y posteriores al magnicidio.
De acuerdo con el diario New York Times, Moïse recibió una llamada de la DEA alertandolo del uso desmedido de una pista clandestina en el norte del país para el aterrizaje de avionetas.