El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha manifestado la disponibilidad rusa para enviar gas a Europa a través del Nord Stream 2, un proyecto aparcado por razones políticas y que Moscú intenta reivindicar ahora tras los recientes actos de sabotaje en el mar Báltico.
Fruto de este sabotaje, “una acción de terrorismo internacional” en palabras de Putin, el Nord Stream 1 ha quedado inutilizado, a pesar de que ya no servía como fuente de suministro por la interrupción del servicio a principios de septiembre.
Putin ha afirmado que el Nord Stream 2 puede ser reparado y, por tanto, entrar en funcionamiento, algo que nunca llegó a suceder porque Alemania aparcó el proyecto como represalia tras el inicio de la ofensiva militar rusa sobre Ucrania.
El presidente de Rusia, que ha comparecido este miércoles en un foro sobre energía, ha afirmado que el sabotaje del Nord Stream sienta un “peligroso precedente” y tiene como objetivo enturbiar aún más las relaciones con la Unión Europea, según las agencias de noticias oficiales.
En su discurso, Putin ha evitado culpar a nadie del sabotaje, pero sí ha citado a Ucrania, Polonia y Estados Unidos como los principales beneficiarios, estos dos últimos países porque ganarían relevancia como países de origen o tránsito de la energía.
Sin embargo, ha asegurado que Rusia podrá colocar su gas en el mercado mundial gracias a las conexiones que siguen abiertas con China y con Turquía, al igual que ha descartado consecuencias para las exportaciones de petróleo, que prevé que sigan igual al menos hasta 2025.