Tal premisa acompaña desde la cuna al pueblo uruguayo.
Y aunque la historia de los pueblos, se escribe en cámara lenta, parece que tal instrucción de José Artigas, no pasará de ser más que, una utopía o un anhelo inalcanzable.
Este 19 de junio se conmemoró un aniversario más del natalicio del prócer.
En ese marco, el presidente de la republica se presentó con su comitiva en Sauce, ciudad natal del “jefe de los orientales”.
Dicha ciudad, como todos los años se vistió de fiesta y en calles y casas, se podía ver el pabellón patrio desplegado por doquier.
Como parte de la ceremonia oficial, se entonó el himno nacional y se colocó una ofrenda floral a los pies de la estatua del ” protector de los pueblos libres”, uno de las maneras de referirse al general.
Por su parte y a la vez, la comisión pro referéndum departamental de Canelones junto con representantes de la central de trabajadores, realizó un desembarco en la ciudad histórica con la finalidad de recolectar firmas para derogar 135 artículos de la ley de urgente consideración.
Según los impulsores del referéndum, dichos artículos de esa ley son regresivos en materia de derechos y coartan las libertades individuales.
Tal matiz de contradicciones se vio en la ciudad, en el marco de una coyuntura de diferencias ideologicas donde queda al descubierto que el gobierno defiende intereses capitalistas, mientras aumentan las ollas populares, el frío y el nivel de pobreza.
Lejos se está, en todo sentido de aplicar tales ideales por parte de algunos actores políticos que, dicen defender sus ideas y llamarse Artiguistas.
Forjador de pueblos libres, las ideas que trasmitió y que puso en práctica, con humildad (“mi autoridad emana de vosotros y ella cesa ante vuestra presencia soberana“, “Que en modo solemne se exprese la voluntad de los pueblos en sus gobernantes“, “El pueblo es soberano y él sabrá investigar las operaciones de sus representantes“) pero con firmeza, porque “la cuestión es solo entre la libertad y el despotismo“, “la causa de los pueblos no admite la menor demora” y “todas las provincias tienen igual dignidad e iguales derechos”…
“Tiemblen los tiranos de haber excitado nuestro enojo“. “El despotismo militar será precisamente aniquilado con trabas constitucionales que aseguren inviolable la soberanía de los pueblos“…
“Que los indios en sus pueblos se gobiernen por sí“, siendo fundamental la “libertad civil y religiosa en toda su extensión imaginable”, para “que los más infelices fueran los más privilegiados” y donde nadie sea más que nadie en una Gran Patria de Repúblicas Federadas del Sur de América, porque “no hay nada más sagrado que la voluntad de los pueblos” y “los pueblos de la América del Sur están íntimamente unidos por vínculos de naturaleza e intereses recíprocos.