Este 24 de septiembre llegaron la tierra muestras del asteroide Bennu. Este material, polvo y roca puede ayudar a develar cómo fue el proceso de formación de nuestro sistema solar hace más o menos unos 4500 millones de años. Así también espera que ayude a entender cómo fue el comienzo de la vida en la tierra. Según informa la NASA.
La cápsula cumplió un plan de vuelo de casi tres años. Aterrizó con paracaídas a las 14:55 UTC en el Utah Test and Training Range del Departemento de Defensa de Estados Unidos. Se conoció que la NASA encendió los motores de su cápsula con anticipación. Esto para garantizar que la trayectoria y la orientación de la sonda estuvieran en orden para el aterrizaje.
Aterrizaje de la cápsula con las muestras del asteroide Bennu
La cápsula de retorno alcanzó la atmósfera superior de la Tierra a las 14.42 UTC a una velocidad de 43.450 kilómetros por hora o 36 veces la velocidad del sonido. Un escudo térmico protegió este descenso, absorbiendo y disipando el calor producido por la fricción del aire, con temperaturas que doblan las de la lava volcánica.
Dos minutos después el paracaídas de frenado de la cápula se desplegó para reducir su velocidad de velocidades hipersónicas a subsónicas. Cuando quedaba 1.600 metros de altura para tocar suelo se abrió el paracaídas principal, con el que la cápsula descendió suavemente hasta la superficie.
Una vez en el suelo, un equipo especializado está encargado de comprobar el estado de la cápsula y recuperar las muestras, que serán trasladadas a un laboratorio especial en el Centro Johnson de la NASA, en Houston, donde será conservada y estudiada. También se estudiará el histórico aterrizaje para informar futuras entregas espaciales.