El 4 de octubre es el 441 aniversario del fin del calendario Juliano, y el comienzo un día más tarde del calendario Gregoriano. Ese día debió haber sido el 5 de octubre, pero resulta que fue el día 15 del mismo mes. Desaparecieron 10 días.
El calendario Gregoriano nace de la necesidad de hacer cumplir acuerdos del Concilio de Trento. De esta manera corregir un desfase producido en el primer Concilio de Nicea en el año 325 dC. Momento en el que se fijó la Pascua en relación con otras fiestas móviles. Por lo que era necesario realizar ajustes al calendario civil para adecuar el calendario litúrgico.
En el primer Concilio de Nicea se determinó que la Pascua debía celebrarse el domingo luego del plenilunio posterior al equinoccio de primavera en el hemisferio norte. Ese año de 325 el equinoccio fue el 21 de marzo. Sin embargo con el correr de los años se había ido adelantando, para el año 1582 el desfase era de 10 días. Fijándose como fecha del equinoccio el día 11 de marzo.
El error en el calendario provenía de un cálculo inexacto del número de días con el que cuenta el año trópico. Según el calendario Juliano un año bisiesto cada cuatro años, considerando el año trópico en 365,25 días. Mientras que el cálculo exacto es de 365, 242189 días o lo que es lo mismo de 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45,16 segundos. Serían más o menos 11 minutos contados por año. Lo que para 1582 tendría acumulado 10 días.
Calendario Gregoriano
El calendario Gregoriano fue impulsado por el sacerdote Jesuita alemán Christopher Clavius. Ajustó el año bisiesto cada 4 años. Haciendo que se exceptúen los años múltiplos de 100, sobre la excepción de los años múltiplos de 400, que si eran bisiestos.
La nueva norma de los años bisiestos se formuló del siguiente modo: la duración básica del año es de 365 días; pero serán bisiestos (es decir tendrán 366 días) aquellos años cuyas dos últimas cifras son divisibles por 4, exceptuando los múltiplos de 100 (1700, 1800, 1900…, que no serán bisiestos), de los que se exceptúan a su vez aquellos que también sean divisibles por 400 (1600, 2000, 2400…, que serán bisiestos). Este sistema sigue rigiendo en la actualidad. Así, el año 2000 fue bisiesto, pero 2100 no lo será.
El calendario gregoriano entró en vigor de inmediato en la Europa católica. Las zonas protestantes no lo hicieron hasta 1700, Gran Bretaña hasta 1753, Japón en 1873 y Rusia convertida ya en Unión Soviética en 1918.