El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha avisado de que la situación en torno a la central nuclear de Zaporiyia es “cada vez más precaria”, después del “apagón total” en la localidad de Energodar, y ha reclamado la creación de una zona segura de forma “inmediata”.
El director general de la agencia, Rafael Grossi, ha señalado que el personal que sigue aún en la central tras la visita de la semana pasada le ha comunicado que la situación es “grave” tras la destrucción de la infraestructura energética de la que depende la zona.
Un bombardeo sobre la planta térmica de Energodar ha dejado a la localidad “sin agua, sin energía, sin saneamiento” y, según Grossi, es “poco probable” que, con el actual nivel de ataques, la central nuclear pueda tener una fuente “fiable” de suministro que garantice el funcionamiento de instalaciones críticas.
Debido a esta incertidumbre, la empresa que opera la central “está considerando el cierre del único reactor que sigue operativo”, lo que haría que toda la planta dependiese de los generadores de emergencia para seguir adelante con un funcionamiento “vital” en términos de seguridad.
Grossi también teme que, habida cuenta de que las circunstancias son “cada vez más duras”, se reduzca el personal en las instalaciones.
“Es una situación insostenible”, “completamente inaceptable”, en palabras del máximo responsable del OIEA, que la semana pasada encabezó la misión de expertos que visitó la zona y reclamó la creación de una zona de seguridad sin ataques de las dos partes.
Grossi ha insistido en este llamamiento, pidiendo “el cese inmediato de todos los bombardeos en toda la zona”. “Es la única manera de asegurar que no tenemos que hacer frente a un accidente nuclear”, ha sentenciado.