Hay un sentimiento de alegría por la vuelta del torneo más importante de Sudamérica pero a la vez con cierta impotencia por la situación epidemiológica que hay en Latinoamérica. Vuelve en el peor momento sin dudas.
Nunca se extrañó tanto el fútbol como en estos tiempos. Había vuelto la Champions y solo faltaba el retorno de la Libertadores para ‘volver a la normalidad’. Que el fútbol es un negocio no es ninguna novedad y que cada vez, sea más comercial, tampoco ¿Puede haber tanta frivolidad en la vuelta del fútbol? ¿O solo es la inoperancia del dirigente sudamericano? En una pandemia en donde hay que evitar el contacto con el otro, ningún deporte de esta característica tiene que volver, simple.
Ahora que América es el epicentro del virus, regresa la actividad y cuando había pocos casos suspendieron todo, qué paradoja no? La diferencia con Europa es que la Champions League estaba terminando cuando arrancó todo esto. Y la CONMEBOL Libertadores recién va por la fase de grupos. Entonces, la Liga de Campeones jugó su fase eliminatoria a partido único y en una sola sede (Portugal). Acá recién empieza y tienen que viajar para jugar de visitante, cuando hay una circulación viral muy grande. Ojalá que los playoffs se jueguen en una sola sede como hicieron en Europa.
Estamos ante una de las tanta promesas incumplidas de la CONMEBOL, de igualar el calendario con el de Europa. Si lo hubieran hecho, ya habrían terminado la Copa Sudamericana y Libertadores como sucedió con la Orejona y la Europa League. No dejemos que nada nos sorprenda y anticipemonos a la situación. Positivos en todos los clubes de ahora en adelante, pocos contagios, pero los habrá.
Miguel Ángel Russo (DT, de Boca) tiene 64 años y hace un par de años atrás superó un cáncer, con lo cual es una persona de riesgo. Y con todo lo que eso implica, tiene que exponerse. Por supuesto que por recomendaciones médicas, no viaja a Paraguay para dirigir contra Libertad. Encima, un caso de COVID en Libertad hace 6 días. Boca tuvo 26 contagios, hay en todos lados. Ninguno de los dos equipos tiene la culpa y mucho menos los demás países afiliados que participan en el certamen.
A esta altura, ya no se puede hacer nada. La curva de casos es distinta en cada país, en algunas hay menos, en otros hay más. Lo que está siempre es la incertidumbre. Diferentes colores, misma pasión pero acá nos tenemos que sacar la camiseta y ponernos una que diga: “Nos cuidamos entre todos siempre”. Cada club tiene distintos intereses y ninguno va a dar el brazo a torcer para solidarizarse con los demás, no presentándose a jugar por motivos de protesta.