Tras su recuperación del coronavirus, Jair Bolsonaro vuelve a retomar la vida política y presidencial, en un escenario cada vez más cuestionable en reputación.
Recientemente, más de 60 sindicatos brasileños le acusaron de ser un ‘genocida’ ante la Corte Penal Internacional (CPI), por la gestión que ha dado a la crisis generada por el virus desde el comienzo.
No obstante, el mandatario parece mostrar otra actitud de cara a las medidas de bioseguridad y distanciamiento social, luego de haber estado sometido a cuarentena por haberse contagiado de coronavirus.
Por primera vez en 20 días, el jefe de Estado se posiciona de nuevo, señalando ayer que, “acabaron con el empleo en Brasil y tendremos que resolver eso”.
Cabe destacar, que la máxima autoridad de Brasil se colocó durante la enfermedad en una actitud de aparente conciliación con la oposición de su gobierno, pero distintos líderes no han olvidado que fue el mismo Bolsonaro quien apoyó las protestas para evitar las cuarentenas obligatorias respaldadas por gobernadores y alcaldes; e incluso por el mismo parlamento.
Problemas judiciales
Además de todos los escándalos que ha venido encabezando, Bolsonaro y su familia se enfrentan a fuertes problemas judiciales. Se trata de sus hijos, el senador Flavio, el diputado Eduardo y el concejal Carlos.
Los tres están siendo investigados por irregularidades, pero las más agudas son las que pesan sobre el congresista Flavido Bolsonaro, quien es acusado de cometer actos de corrupción durante su gestión como parlamentario en Río de Janeiro.
Actualmente, el propio Jair Bolsonaro está siendo investigado. En primer lugar, por supuestas gestiones arbitrariedades en la Policía Federal, y por usar “Fake News” en la campaña electoral de 2018 con la que arribó al poder.
La tensión política podría llevar al mandatario a la destitución de su cargo o una suspensión temporal de sus funciones durante seis meses.