La compañía Hoversurf estaba probando uno de sus modelos cuando ocurrió lo inesperado.
La empresa rusa Hoversurf se dio a conocer en el 2017 cuando presentó un prototipo que parecía sacado de una película de ciencia-ficción, pero que en realidad se trataba de un producto muy cercano al de producción. Tanto es así que anunciaron la llegada de varios ejemplares a las fuerzas policiales de Dubái y durante todo este tiempo han estado realizando pruebas para optimizar el diseño y garantizar su correcto funcionamiento. Sin embargo, parece que la tecnología todavía no está muy madura y la mejor prueba la tenemos con este vídeo que ahora te mostramos.
Un susto mayúsculo
El protagonista del documento es un piloto de la compañía que tenía la misión de realizar una serie de pruebas realizadas en la mencionada ciudad de los Emiratos Árabes Unidos a los mandos de la Scorpion-3. Todo se inició con total normalidad pero a los pocos segundos la persona encargada del manejo de esta moto voladora notó algo extraño, de manera que levantó una de sus manos para avisar al resto de sus compañeros. No sabemos si un fallo en la propulsión u otro tipo de sistema provocaron que el vehículo descendiera rápidamente y finalmente todo terminó en un susto mayúsculo.
Los primeros movimientos de la Scorpion-3 fueron normales, ya que la moto voladora consiguió ganar altura con suma facilidad y se situó a unos 30 metros del suelo. Pero entonces, algún componente debió fallar y el piloto se dio cuenta de inmediato. Todo hacía indicar que este se estrellaría de morro contra el piso, aunque tras realizar una serie de maniobras consiguió estabilizar el vehículo y fue la parte trasera la primera en tocar tierra firme. No obstante, el peligro no había terminado ya que las hélices seguían funcionando y todo pudo acabar en tragedia.
Heridas leves
Todos somos conscientes del peligro de tocar una hélice en movimiento puesto que la elevada velocidad de giro de las aspas puede ocasionar graves daños en todo aquello que se interrumpa en su camino. La moto voladora se volteó por encima del piloto, pero finalmente este tuvo suerte y ninguna de las hélices entró en contacto con su cuerpo. Afortunadamente, todo quedó en un susto y no hubo que lamentar heridas graves o algo peor. Aún así, la compañía rusa ha asegurado que “todos los sistemas de seguridad funcionaron bien”, aunque no aclara cuál fue la causa del accidente.
Además, desde Hoversurf recuerdan que “gracias a este tipo de incidentes los diseños pueden ser mejorados y ser más seguros”. No dudamos de que esto sea cierto pero sí lo hacemos en cuanto al éxito de la compañía en la búsqueda de la próxima persona dispuesta a subirse a este aparato.