El expresidente de Uruguay, José Mujica, comunicó que el cáncer de esófago que se le diagnosticó en abril de este año ha avanzado hacia su hígado, una situación que, según sus propias palabras, marca el final de su ciclo de vida.
“El cáncer en el esófago me está colonizando el hígado. No lo paro con nada. ¿Por qué? Porque soy un anciano y porque tengo dos enfermedades crónicas. No me cabe ni un tratamiento bioquímico ni la cirugía porque mi cuerpo no lo aguanta”, declaró Mujica a un medio local, dejando en claro que no continuará con ningún tipo de tratamiento.
Mujica, quien lideró Uruguay entre 2010 y 2015, también confirmó que no dará más entrevistas, solicitando respeto y calma en este momento personal. “Lo que pido es que me dejen tranquilo. Que no me acosen con entrevistas al pedo ni nada más. Se terminó mi ciclo hace rato. Sinceramente, me estoy muriendo y el guerrero tiene derecho a su descanso”, subrayó el exmandatario.
En un gesto de despedida, Mujica expresó su agradecimiento a sus compañeros y compatriotas, dejando un mensaje cargado de afecto y humildad.
Por su parte, su médica personal, Raquel Pannone, dará una conferencia de prensa próximamente para ofrecer más detalles sobre el estado de salud del expresidente.
“Me quiero despedir de mis compañeros y mis compatriotas. Lo que pido es que me dejen tranquilo: no me acosen con la entrevista al pedo. Se terminó mi ciclo hace rato. Sinceramente me estoy muriendo y el guerrero tiene derecho a su descanso”.
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— Juan Manuel Karg (@jmkarg) January 9, 2025
Un diagnóstico difícil
El pasado 29 de abril, Mujica reveló públicamente que tenía un tumor en el esófago, situación que se agravaba debido a una enfermedad inmunológica que padece desde hace más de dos décadas. “Es algo obviamente muy comprometido y doblemente complejo en mi caso”, explicó en su momento.
Tras un tratamiento de radioterapia en Montevideo, el 27 de diciembre fue sometido a una intervención quirúrgica en la que se le colocó un stent en el esófago, con el objetivo de mejorar su capacidad para alimentarse. Años antes, ya se le había practicado una gastrostomía para facilitar su nutrición.
Hoy, a sus 88 años, Mujica enfrenta esta etapa final con la misma serenidad y coherencia que caracterizaron su vida pública, marcando un adiós digno para un líder que deja una huella imborrable en la historia de Uruguay.