Una contundente mayoría en Chile rechazó este domingo la propuesta de Constitución que buscaba cambiar la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1989) por otra con más derechos sociales, en un resultado que superó las expectativas más optimistas de la oposición conservadora.
Más de 15 millones de electores estaban convocados a las urnas en una jornada con alta participación por voto obligatorio y en gran parte del país se impuso la opción en contra de la Constitución.
El proyecto consagraba una “plurinacionalidad” indígena y establecía un nuevo catálogo de derechos sociales en salud, aborto, educación y pensiones, con un marcado énfasis medioambiental y de protección de nuevos derechos, aunque mantenía la economía de mercado.
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— Servicio Electoral (@ServelChile) September 5, 2022
“Es una derrota a la refundación de Chile”, dijo Javier Macaya, presidente del partido ultraconservador UDI. “Vamos a continuar con la voluntad de continuar el proceso constituyente, vamos a cumplir nuestro compromiso”, prometió en una rueda de prensa, rodeado de seguidores del “Rechazo” que festejaban.
“Tremenda paliza del rechazo sobre el apruebo. Nadie anticipó esta distancia de más de 20 puntos porcentuales”, indicó la socióloga Marta Lagos, fundadora de la encuestadora Mori, que calificó el resultado como “fracaso estrepitoso”, escribió el Twitter.
El plebiscito de octubre de 2020 para decidir entrar a un proceso constitucional, tras la gran revuelta social de 2019 en reclamo de mayor justicia social, contó con el apoyo de casi 80% del electorado.
El “Apruebo” venció casi únicamente entre una mayoría de los chilenos en el exterior, donde había unos 100.000 electores inscritos.
El nuevo texto, de 388 artículos y elaborado durante un año por una Convención Constitucional, consagraba un “Estado social de derechos”, en respuesta a reclamos expresados en las masivas manifestaciones de octubre de 2019.
Los elementos que más divisiones provocaron del proyecto fue haber consagrado la plurinacionalidad indígena y haber incluido en su nuevo catálogo de derechos sociales el aborto, el derecho a la vivienda “digna” en un texto con un marcado énfasis medioambiental que sin embargo mantenía el modelo de economía de mercado.
Todas las encuestas habían anticipado el triunfo del “Rechazo” pero ninguna con tanta holgura