Ni tampoco, los grandes de renombre con un buen plantel. Mucho menos los favoritos, eso es lo lindo de la Champions. Todo es impredecible y no importa que tanto domine un equipo en su liga local. Eso no repercute en este torneo.
La inversiones de terceros en el fútbol, nos llevan a pensar con frecuencia, la ventaja que pueden sacar en el armado de un plantel. Gastar millones en los mercados de pases y llevarse la figurita difícil. El plan de las directivas, es acertarle a los refuerzos y nada más. Cuando pasan esas cosas y sos campeón del torneo doméstico, en la jerga popular se dice: “es un afano”. Entendiendo que ese equipo tiene una billetera gorda y compra a los mejores y sale campeón ¿Qué pasa cuando salís campeón siempre o casi siempre en tu país pero no a nivel internacional? ¿Pasan la escoba y limpian a los jugadores y compran a otros? ¿Tan descartables son?
Es ahí donde entran los proyectos futbolísticos a largo plazo. Hacer un equilibrio entre; juveniles, buenos refuerzos (por supuesto) y futbolistas que son referentes, porque ya llevan un tiempo largo en el club. Y a todo esto, encontrar un buen director de orquesta que ponga cada pieza en su lugar para que todo funcione bien. Acompañado de una identidad de juego que represente a la historia del club y un respaldo importante por parte de la dirigencia.
Al Manchester City le viene pasando seguido, para no decir todo el tiempo. Esta vez fue diferente. Porque tenía una idea que la viene llevando a cabo con el mismo DT hace cuatro temporadas. Compra sin hacer tanto ruido como otra veces, potenciado a jóvenes tanto de la cantera como los que trae en cada libro de pases; Bernardo Silva, Mendy, Ederson, Eric Garcia, Joao Cancelo, Rodri, Phil Foden. Con futbolistas que hacen la diferencia y que están en su mejor momento: De Bruyne, Sterling, Mahrez. Pep tenía todo a su favor y bien encaminado, a diferencia de otros años.
Mirá también:
Con el parate por la pandemia, la Champions League es más corta que nunca (no hay ida y vuelta), se juega a contrarreloj. Eso puede ser fatal para un equipo que por su idea de tenencia de la pelota, presión asfixiante y flexibilidad. Porque esos conceptos son favorables para los torneos que se juegan con regularidad, de domingo a domingo. Si perdes no pasa nada, tenes más fechas para seguir sumando puntos. Acá si perdes, quedas afuera. Por eso hay que tener una estrategia pragmática y eficaz para cuando las cosas no salen. Pep Guardiola no las tuvo ni para el Manchester City, ni para su Bayern Munich.
Las series de eliminación directa o “mata-mata”, son para los equipos dispuestos a adaptarse a la situación, a lo impensado y sacar un buen resultado. A los más “vivos”, astutos. Liverpool, River, Flamengo, Lyon, Atlético de Madrid (no en está Champions), Tottenham y el Real Madrid (2016,’17, y ’18). Con la particularidad de que Liverpool, Flamengo y River tienen algunas similitudes. Saben a lo que juegan, entrenadores capacitados y respaldados, perfil bajo en los mercados de pases y todo ese proceso desembocó en títulos y dominio a nivel nacional e internacional. Pareciera que esa fuera la fórmula para ganar, pero no, solo se asemeja a los éxitos deportivos. La perfección no existe.
Los Citizens no son los únicos. Al PSG también y varias veces, no ahora. Lo mismo para: Barcelona, Chelsea, Palmeiras, Boca, Juventus. Compran y gastan mucho pero en la Liga de Campeones y la Libertadores les cuesta bastante. Nadie quiere perder, pero es mejor perder con una idea o un proyecto antes que con dinero que no sirve para nada en el fútbol.