Un enemigo invisible invade silenciosamente nuestro país, el planeta y pocos advierten el enorme peligro que estamos afrontando. Al cambio climático, la deforestación y la pérdida de especies, se suma la terrible amenaza del microplástico, que se encuentra ya presente en el aire, el agua y el suelo de la Tierra.

Un microplástico es una partícula de plástico que proviene principalmente de la degradación de las bolsas, botellas, todo el material. No se reutilizan, no se reciclan, no se incineran, se botan en botaderos o en el medio ambiente y entonces la acción del sol, del agua, del viento, van degradando este plástico y liberando pequeñas partículas.
Los microplásticos son partículas de plástico extremadamente pequeñas, con un tamaño inferior a 5 milímetros. Según la Administración Nacional Océanica y Atmosférica (NOAA) se clasifican en microplásticos primarios, diseñados para productos como cosméticos o detergentes y en microplásticos secundarios, que son el resultado de la fragmentación de objetos plásticos más grandes.

La fragmentación de las bolsas de plástico y su dispersión en el aire, el agua y el suelo es desconocida por gran parte de la población. Al ser consultados, algunos ciudadanos expresaron su profunda preocupación.
El peligro del microplástico no solo se cierne sobre Bolivia, sino sobre todo el planeta. Estudios internacionales advierten de graves efectos en el medio ambiente y la salud humana. Urgen normas para reducir la exposición a este material, como la reducción del uso de las bolsas plásticas de un solo uso. Asimismo, se espera que los avances científicos permitan encontrar soluciones que frenen esta nueva amenaza para la humanidad.
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