Las autoridades de Taiwán han hecho un llamamiento a la comunidad internacional para que apoye su participación en la próxima Asamblea General de Naciones Unidas, cuya celebración está prevista para mediados de septiembre en Nueva York y de la que está excluida por “la presión de China”.
La Oficina Económica y Cultural de Taipéi ha lanzado un comunicado en el que remarca a Taiwán como “un socio valioso” que puede ayudar a “superar los desafíos globales que ahora enfrenta el mundo”, entre los que ha incluido la pandemia de coronavirus, la lucha contra el cambio climático, las interrupciones en la cadena de suministro o la guerra en Ucrania.
En este sentido, el Gobierno de la isla ha puesto en valor su apoyo humanitario a los países más afectados por la pandemia, así como el envío de “más de 550 toneladas de suministros de auxilio” a la población ucraniana y más de 40 millones de dólares (unos 40,35 millones de euros) para los refugiados de esta guerra.
En el ámbito climático, Taiwán dice estar comprometida a combatir el calentamiento global a través de un plan para alcanzar emisiones netas de carbono cero de cara al año 2050, así como la implementación de políticas destinadas a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.
“Como la 22ª economía más grande del mundo en términos de PIB y el mayor productor de semiconductores, Taiwán desempeña un papel clave en las cadenas de suministro mundiales. Y como defensor de la Democracia, Taiwán trabaja para salvaguardar el ‘statu quo’ en el estrecho de Taiwán y el orden internacional basado en reglas”, han remarcado las autoridades taiwanesas.
Finalmente, desde la isla han alertado de que “la creciente intimidación retórica y militar de China” pone “ahora más que nunca” en peligro la paz y la estabilidad de la región asiática, con el impacto que esto puede tener en la seguridad mundial.
“Todas las personas, incluido el pueblo de Taiwán, merecen ser escuchadas y ser parte del esfuerzo colaborativo para abordar tales desafíos”, han dicho las autoridades, que remarcan su compromiso de trabajar para “defender la paz y la estabilidad de la región”.
“Negar la participación en la ONU de quienes tienen la capacidad de contribuir es una pérdida moral y material para el mundo, y resulta por ello necesario que la ONU considere a Taiwán como lo que es: un socio valioso y digno, dispuesto y capacitado para cooperar y contribuir a la sociedad internacional”, han concluido