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Una medida inconstitucional que revela la fragilidad del régimen y aumenta la presión internacional.
Maduro intentó borrar la identidad de líderes opositores como Yon Goicoechea y Leopoldo López. ¿El motivo? “Solicitar la invasión” o supuesta vinculación con la Operación Gedeón.
Lo que parece un acto de fuerza, en realidad es desesperación pura. Analistas lo llaman un error estratégico que deja al régimen expuesto y le da a la oposición un arma política poderosa.
Legalmente imposible, políticamente atractivo
Despojar de la nacionalidad a un venezolano por nacimiento es ilegal: lo prohíbe el Artículo 35 de la Constitución. Pero políticamente, Maduro logra un efecto inmediato: aparenta poder.
El error estratégico: Ignorar la ley quema cualquier puente de negociación. Convertir a opositores en “apátridas” deja al régimen sin salida pacífica.
El espejo regional: Nicaragua aplicó una táctica similar. Purga política + retiro de nacionalidad = control judicial absoluto. La diferencia: la medida da poder temporal, pero profundiza la vulnerabilidad.
Un regalo involuntario a la oposición
Símbolos de persecución: Goicoechea y López se consolidan como referentes internacionales de resistencia.
Presión internacional: La medida ilegal es prueba para la Corte Penal Internacional y gobiernos occidentales de que el régimen debe ser aislado.
Castigo neutralizado: Experiencias como Nicaragua muestran que la comunidad internacional otorga rápidamente nueva nacionalidad a los afectados, anulando el efecto práctico de la medida.
La trampa para la FANB
La Fuerza Armada Nacional Bolivariana es clave. Maduro busca reforzar su lealtad, pero el efecto puede ser el contrario.
El mensaje del régimen: “Ellos son traidores que piden la invasión; yo protejo la soberanía.”
El efecto contradictorio: Al cerrar vías legales, los oficiales descontentos solo ven una opción: ruptura total. La inconstitucionalidad presiona la ética militar y aumenta el riesgo de conflictos internos o incluso violencia.
Fuerza que nace de la debilidad
Retirar la nacionalidad a opositores es un acto de fuerza que revela fragilidad. En lugar de protegerse, Maduro acelera su aislamiento y fuerza a todos los actores –incluida la FANB– a elegir bando en un conflicto de todo o nada. La estrategia de represión extrema se convierte en catalizador de riesgo, haciendo imposible cualquier salida suave al conflicto venezolano.
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