Una noticia falsa circula a través de Facebook y Whatsapp en la que expresa que el gobierno de los Estados Unidos comercializará la vacuna contra el COVID-19, desarrollada supuestamente por la compañía Roche.
En lo transcurrido del año se han hecho virales noticias falsas con respecto a la vacuna del COVID-19 y es que en su mayoría estas son creadas únicamente con el objetivo de desinformar a las personas. Una de las noticias falsas que ronda a través de las redes sociales es una publicación en Facebook realizada el pasado 5 de abril de 2020, la cual ha sido compartida más de 2.300 veces “¡una gran noticia! Vacuna contra el coronavirus lista. Capaz de curar al paciente dentro de las 3 horas posteriores a la inyección. Felicitaciones a los científicos estadounidenses”. Adicionalmente, el texto menciona también que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, “anunció que Roche Medical Company lanzará la vacuna el próximo domingo, ¡y millones de dosis están listas!”.
Según AFP, este texto llegó al servicio de Whatsapp de la agencia como una cadena de mensajería, también se menciona que la supuesta vacuna fue creada por un biólogo francés llamado Didier Raoult, quien realizó una investigación con dosis de hidroxicloroquina mezclada con azitromicina en 24 pacientes y que “en 4 días el 75 % de los pacientes eliminaron 100 % del virus y el resto simplemente quedaron rastros que se eliminarían a través del sistema inmune”.
Versiones similares circulan desde el pasado 26 de marzo en Facebook, que fueron compartidas aproximadamente 1.400 veces en total. También, circuló en Twitter, pero no alcanzó a ser viral.
Esta noticia es falsa. El texto fue armado con fragmentos de una publicación sobre la creación de una vacuna en Estados Unidos, que se hizo viral en el mes de marzo, aseguró la AFP. Cabe aclarar que hasta la fecha el único país que ha desarrollado la vacuna contra el coronavirus ha sido Rusia, anunciada por el presidente, Vladimir Putin.
¿Roche creó una vacuna contra el COVID-19?
El pasado 13 de marzo, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump dio una conferencia de prensa junto a los integrantes de la comisión especial de la Casa Blanca sobre el Coronavirus. Allí estuvo presente Matt sause, director de Roche en Norteamérica, empresa que se dedica a la industria farmacéutica.
Durante el discurso, Trump agradeció a la empresa, pero no por haber desarrollado la vacuna, sino por la creación de test de diagnóstico de Coronavirus que fueron aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés).
“Utilizando autorizaciones federales de emergencia, la FDA aprobó un nuevo test para el virus. Lo hicimos unas horas después de recibir la solicitud de Roche, un proceso que normalmente llevaría semanas. Por lo tanto, esperamos que hasta medio millón de pruebas adicionales estén disponibles a principios de la próxima semana. Anunciaremos las ubicaciones por la noche”, afirmó Donald Trump ese día.
Entonces, ¿la vacuna se creó en Francia?
Didier Raoult, microbiólogo de origen francés y director del Instituto Mediterráneo de Infecciones en Marsella, afirmó en febrero a la AFP que un tratamiento con cloroquina, un fármaco utilizado habitualmente para tratar la malaria, era eficaz para combatir el COVID-19.
“Esta infección es quizá la más simple y la más barata de curar de todas las infecciones virales”, afirmó en esa ocasión al comentar una investigación publicada por un grupo de médicos chinos que se basaron en un ensayo realizado en diez hospitales del país.
El 17 de marzo, el equipo de Raoult comunicó que se realizaron pruebas de 24 pacientes tratados con hidroxicloroquina indicando que el 75 % de ellos no tenía el virus al cabo de seis días. En algunos casos, también se administró a los pacientes el antibiótico azitromicina.
Luego de un nuevo estudio con aproximadamente 80 pacientes anunciado el pasado 29 de marzo, Raoult anunció: “Confirmamos la eficacia de la hidroxicloroquina asociada a la azitromicina en el tratamiento del COVID-19”.
Pero el estudio no incluye ningún grupo de control (o grupo testigo, o sea, pacientes a los que no se les administra el tratamiento en estudio sino un placebo) y por ello, sus críticos consideran que es imposible establecer una similitud para establecer si es el tratamiento el causante de la mejoría.
“Sigue a 80 pacientes con síntomas bastante leves. La mayoría de los pacientes se recupera de la COVID-19 con o sin tratamiento de hidroxicloroquina y azitromicina”, explicó el profesor de la University College de Londres Francois Balloux, a través de Twitter.
El pasado 10 de abril, el equipo de Raoult publicó un nuevo estudio, el cual fue presentado al presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien sorpresivamente visitó el instituto. La investigación contaba con el análisis a 10161 pacientes que dieron positivo por Coronavirus. Nueve de cada diez presentaban una carga viral nula al cabo de 10 días de tratamiento.
En este caso, Arnaud Fontanet, epidemiólogo del instituto Pasteur y miembro del consejo científico sobre el Coronavirus de Francia, aseguró que “en ausencia de un equipo comparativo” que recibiera un placebo, “es extremadamente difícil saber si el tratamiento es o no eficaz”. A su vez, la Agencia Francesa del Medicamento advirtió que los pacientes tratados con hidroxicloroquina estaban desarrollando efectos secundarios de naturaleza cardiaca.
El 22 de abril se publicó un estudio financiero por el gobierno de Estados Unidos en el que se aseguraba que el tratamiento con hidroxicloroquina realizado a veteranos militares estadounidenses no mostró ningún beneficio contra el Coronavirus sobre la atención estándar, y se asoció con más muertes. Además, un grupo de expertos representantes de los Institutos de salud, organizaciones profesionales de médicos, universidades, centros hospitalarios y agencias federales de Estados Unidos rechazaron el uso del fármaco para tratar el COVID-19, que hasta el momento lleva 773.000 muertos a nivel mundial.
“La cloroquina y la hidroxicloroquina pueden causar efectos secundarios graves y que el producto no puede ser utilizado “fuera de los hospitales o de las pruebas clínicas, en razón de los desajustes de ritmo cardíaco”, alertaron la FDA y la agencia de Salud Pública de Canadá el pasado 26 de abril.